El presidente estadounidense, George W. Bush, se negó el año pasado a proporcionar un modelo especial de bombas aire-tierra solicitadas por Israel para destruir el principal complejo nuclear iraní, argumentando que había autorizado ya una serie de operaciones encubiertas para sabotear el polémico programa nuclear que Teherán está desarrollando, según revela este domingo el The New York Times citando fuentes diplomáticas estadounidenses.
El objetivo del ataque habría sido la central de Natanz, el principal complejo energético nuclear y único centro de enriquecimiento de uranio de la república islámica, que está enzarzada en un conflicto internacional contra un grupo de potencias encabezadas por Estados Unidos, que acusan a Teherán de estar aprovechando su programa nuclear --según las autoridades iraníes, una iniciativa de carácter puramente civil y pacífico-- para desarrollar un arma de destrucción masiva.
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